dijous, 9 de desembre del 2010

¿Literatura de mujeres?

El título creo que irá en relación, más que con el contenido, con los posibles comentarios que podrán aparecer tras mi reflexión. No critico, ni impongo un criterio personal; sólo reflexiono en voz alta. Y como estamos en un país libre, ni quiero imponer mis ideas, ni quiero que nadie me imponga las suyas: todos somos grandecitos como para que nos adoctrinen.

En muchos de los blogs del MAESL abundan las reflexiones sobre la literatura de mujeres. Anna nos habló de Gimeno de Flaquer; Victoria centra su página alrededor de escritoras italianas y españolas del siglo XX; Sara trabaja con mujeres y guerra en lengua inglesa; Elisabeth se decanta por las mujeres en lengua francesa; Alexandra titula su blog "Mujeres y literatura"... Posiblemente se me escape alguien, pero no pretendo hacer un seguimiento exhaustivo de las entradas que mis compañeros y amigos han dedicado al estudio de la literatura escrita por mujeres.

He aquí mi aportación al tema.

Como ya sabrán aquellas personas que más me conocen y aquellas en presencia de las que ha salido el tema, tengo una postura muy opuesta a todo lo que tenga que ver con una parcelación de la literatura argumentando motivos de sexo. ¿Por qué? Lo considero perjudicial, básicamente.

La literatura es Literatura. Se concibe por un ser creador que plasma algo sobre el papel, sobre una máquina de escribir o sobre un procesador de textos. Dividir es dejar de comprender el fenómeno de la literatura como algo universal para pasar a considerarlo como un fenómeno de guetos. Un estudio de la literatura en el que se discriminan obras por razones puramente biológicas, como es el sexo, reduce la comprensión de un fenómeno que es mucho más amplio.

En el siglo XXI nos enfrentamos a una literatura en singular que ha dejado de lado los particularismos de cada grupo que la concibe. Entender la literatura es entender un entramado complejo de relaciones, de circulación de textos, a través de idiomas y culturas distintas. Todo resuena, de una punta a la otra del mundo.

No iré a la provincia de Jaén, a una localidad célebre por el dicho popular. Me centraré en dos aspectos. El primero, la investigación. El segundo, la docencia.

Empecemos por la investigación. El objetivo de un investigador es el de ofrecer un estudio nuevo sobre un tema de interés. Está claro que si hay un determinado número de textos, digamos, del siglo XVIII (o XXVIII, da igual) que no han sido estudiados y que se prevé que puedan servir para completar, ofrecer una perspectiva distinta, del panorama ya existente, un investigador que se precie, deberá ponerse a ello. Esta perspectiva puede ser muy variada: cultural, política, social... ¿Mujeres? Creo que también habrán dicho algo sobre el mundo que les tocó vivir. Ahí entra el criterio del investigador sobre si es un testimonio fundamental o no.

Existe sin embargo un problema: el "todo vale". Al hacer parcelas en nuestro estudio, en ocasiones tendemos a olvidarnos de unos criterios básicos: los criterios que definen la literatura. Necesitamos textos para analizar, da igual su calidad. Creo que es un error. La literatura depende de una estética, y debemos fijar cuáles son los límites de lo literario (nuestros límites personales) antes de ponernos a trabajar. Sabiendo, repito, que no todos los textos valen.

Además nos encontramos también con el problema de "forzar los textos" para adecuarlos a lo que nos interesa investigar. Quizás un autor "x", podemos deformarlo para conseguir encajarlo en nuestro puzle. Pero lo estamos deformando. No sería muy profesional por nuestra parte.

Esto no sirve únicamente para la literatura escrita por mujeres; vale para cualquier tema a investigar. Pero hablamos aquí de literatura de mujeres. No todo lo que han escrito las mujeres merece la pena recuperarlo; igual que tampoco todo lo que han escrito los varones. Debemos plantearnos qué rasgos tienen nuestros textos para que sean literarios y trabajar desde esta perspectiva. Además, separarlos de su mundo, de su relación con otros textos, es perjudicial: ofreceremos una perspectiva incompleta de una época o de un movimiento. Y evidentemente, intentar desprender una crítica feminista de cualquier texto escrito por una mujer sería un error. Igual que tampoco podemos analizar un texto escrito por un varón desde una perspectiva "masculina" (iba a poner "masculinista", pero acabo de comprobar que su significado no encajaba en este contexto).

En segundo lugar, hablaremos de la docencia. Quizás este sea el punto más complejo, ya que en realidad, la investigación de la literatura escrita por mujeres me parece muy positiva atendiendo siempre a determinadas precauciones. No es así mi postura respecto de la docencia.

Vamos con un ejemplo práctico. Los que hicimos el MAESL con el plan de estudios antiguo, teníamos obligatoriamente una asignatura de literatura de mujeres; dos si hacíamos el itinerario de literaturas francófonas. Los que lo hacen con el plan nuevo, tienen una literatura de mujeres que corresponde con la literatura de su especialidad. ¿Para qué?

Ninguna asignatura es una pérdida de tiempo, pues en todas aprendes algo. Personalmente, yo con estas asignaturas (tuve la suerte de hacer dos sobre literatura de mujeres), aprendí que era un error.

Un error porque reduces el fenómeno literario y creas una literatura paralela descontextualizada de un corpus más amplio, el de la Literatura. Así se pierde la riqueza del fenómeno literario. Además, incorporando en los planes de estudios una "literatura de mujeres", das por supuesto que hay una "literatura de hombres". Sin embargo, curiosamente, ésta no existe: en ninguna asignatura se trabaja la problemática del varón en la literatura. Por si fuera poco, esta obsesión con hacer de la literatura mil guetos provoca que sólo sobrevivan quienes más gritan: no existen asignaturas de literatura homosexual, literatura transexual, literatura migrante, literatura "nacional" en otros idiomas, literatura de minorías nacionales (gitanos), literatura de marcianos (puestos a trocear)... La discriminación sufrida por unas, es la que siguen sufriendo los demás "guetos literarios".

¿No es más adecuado (y más productivo y beneficioso) considerar la literatura como Literatura?

¿No puede ir toda la Literatura en un mismo saco?

¿Se pelea Don Quijote y Dulcinea por ver quién es más importante y más "guay"?

¿Queremos ser tan modernos y tan "progres" que la única manera de demostrarlo es creando asignaturas de "literatura de mujeres"?

¿No nos damos cuenta de que en realidad somos unos retrógrados sin criterio al no aceptar otros "guetos literarios"?

¿Es que somos tan cortos de mente que no podemos hablar de Alain Robbe-Grillet y de Nathalie Sarraute en la misma frase, sino que tenemos que separarlos en horas lectivas distintas?

Algún día, quizás, seré profesor de literatura... No sé cuándo, ni cómo, ni dónde. A pesar de eso tengo clara una cosa. Quizás la única que tenga clara: creo en la igualdad, como el que más. Por eso, la igualdad implica no hacer discriminaciones (ni positivas ni negativas, pues ambas son discriminaciones y ambas son igual de nefastas). Hablar de Beauvoir sin que te tiemble la voz, y hablar de Rimbaud sin que tampoco tiemble. Los textos literarios escritos por mujeres son textos literarios "à part entière", y un profesor de Literatura debe explicarlos. Un profesor de Literatura, no de "literatura de mujeres". Puesto que los textos literarios que escriben las mujeres son Literatura y no "mujetura", ni "literager".

¿Qué sentido tiene ofrecer una visión incompleta de la literatura del siglo XX? ¿Qué pretendemos con ello?

Aquí queda reflejada mi opinión. Y es mi opinión, pues todos tenemos derecho a tener una.

7 comentaris:

David Choin ha dit...

Enrique, concuerdo contigo en la inutilidad de los enfoques feministas cuando se trata de analizar un texto. Ahora bien, creo necesario la tarea de recuperación de la literatura escrita por mujeres hasta la primera mitad del siglo XX.

Me explico; Durante siglos se relegó a la mujer en casa sous prétexte de argumentos religiosos (me refiero a los dogmas y luego ya aduciendo un supuesto determinismo científico. Eso impidió a las mujeres el acceso a las esferas públicas, a la educación, por supuesto, pero, sobretodo, a su propia plenitud artística. Por ello es necesario "hacer memoria" y otorgarle a estos textos quienes durante siglos se quedaron fuera del canon.

A partir del final de la segunda guerra mundial esta escisión mujer/hombre carece de sentido ya que las mujeres estaban plenamente integradas en la vida social y pública y se puede, por tanto, hablar ya de una Literatura asexuada.

Anònim ha dit...

David, yo más que la recuperación de textos escritos por mujeres, creo que es imprescindible recuperar textos de interés para los estudios literarios. Textos de interés, a secas; escritos por hombres y mujeres.

El sexo de la persona que escribe creo que no puede condicionarnos para ofrecer nuevas lecturas o nuevas aportaciones al estudio de la literatura. Si no, como digo, sería parcelar algo que es muy amplio.

Con frecuencia tendemos a vincular un texto literario a la persona que lo escribe, buscando en él causas e indicios que nos hablen del propio escritor. Pero, ¿hacemos biografías sobre escritores o trabajamos literatura?

La recuperación de textos es necesaria, pero para cualquier texto, como digo. Hay muchos motivos por los que textos han quedado en el olvido. Olvidemos los motivos que han provocado eso y centrémonos en su recuperación y en su inclusión en el canon.

Ahora bien, ¿qué textos pretendemos recuperar? ¿Cualquier texto escrito por una mujer del siglo XVIII debe ser considerado automáticamente como "literario" por estar escrito por una mujer? Creo que éste es el principal inconveniente de los estudios de literatura escrita por mujeres, al igual que el de estudios de otras disciplinas que plantean el parcelamiento de la literatura. Y ahí es donde veo un problema y donde el investigador en cuestión debe prestar una atención particular. No todo vale en literatura.

:)

Demi Fernández Muñoz ha dit...

He leído tu comentario y me recuerda a un comentario que hice sobre La cabeza del dragón de Valle-Inclán.

De la misma manera que la literatura se parte por sexos, también lo hace por edades. Basta con que la crítica construya un cajón y empiece a meter literatura que considere distinta por motivos ajenos a la propia literatura.

¡Y ya está! Miramos en la habitación y encontramos ese cajón tan especial ¿Para qué vamos a encajarlo con el resto? Además, allí cabe todo lo que se parezca mínimamente a él.

¡Qué entre toda la literatura en el cajón,
aunque desentone con el color de la habitación!

Y aquí es donde yo, al igual que creo que tú Enrique, veo el problema que se podría solucionar. No creo que el cajón no exista, creo que dentro de él hay cosas que no entrarían en la habitación.

Es más, me gustaría que algún día, si la habitación sigue teniendo c@jones de mujer y de hombre, fueran aprobados por la habitación (que me han dicho que es asexuada y hermafrodita...). Aunque, y es mi opinión más personal sobre este asunto, deberíamos ir pensando mejor en poner ventanas que aireen tanto tufo, la habitación huele ya a noche loca de polvos, es hora de que entre el aire ya...

En cuanto a la edad, para mí, el tema es más complicado. Tal vez sea más utópico el obviar cajones para niños. Sin embargo, hay obras que deberían salir de ahí (o quedarse, es un buen negocio...) y una de ellas creo que es La cabeza del dragón. Pondré una entrada en el blog sobre el tema, pero, antes de acabar, os cito un pasaje de la obra que puede ilustrar mi opinión sobre la división innecesaria en la perra literatura.

“EL BUFÓN - ¿Cómo se llama tu perro?
El CIEGO – De varias maneras. La mejor es llamarle enseñándole una tajada.”

Un saludo.

Ana G. ha dit...

Estic totalmente d'acord amb tu. El problema no es parcelar la literatura, el problema es que hi han molts textos valuosos que s'han ignorat deliberadament per haber estat escrits per dones.

¿Per què creus que Aurore Dupin (George Sand)va adoptar nom d'home per escriure la seua obra? Cal notar que no només es un nom d'home, sinò que es tracta del nom d'un home anglès, per a més senyes.

La Literatura deuría ser només Literatura, sense cap calaix que la fragmente, però, hi ha tants textos que han estat ignorats durant segles per les estructures de poder, que ara cal una revisiò per tal de revalorar-los, tornar-los aquell valor que sempre hauria d'haber estat seu. Sense discusions de gènere ni nacionalitat. Només per la calitat dels textos.

P.D: Bona reflexió.

P.D2: Algú sap com s'escriu la ela geminada al teclat?

Anònim ha dit...

En realitat, la problemàtica dels calaixos ens afecta a tots. Una tria consisteix efectivament en deixar de banda unes coses en benefici d'altres, siga qual siga l'objecte de la nostra recerca.

Com a experts en literatura que som (o això diuen), hem d'evitar aquesta situació.

Els textos que han romàs al marge de la "institució literària", i que jutjats com a literaris segons la nostra concepció del que és literari, han de recuperar-se. L'oblit d'aquests textos és l'oblit d'una part de la literatura.

Ara bé, crec que tant fa si aquest oblit ha estat provocat per motius sociològics, polítics, de gènere... El més important és poder recuperar els textos.

Respecte dels calaixos del Demi (què filosòfic t'has posat!), crec que són necessaris per a poder delimitar el nostre estudi. Ara bé, sense que siguen compartiments tancats.

Si volem estudiar la situació social de la dona al segle XVIII a través dels textos literaris, i volem fer-ho només a través dels textos escrits per dones, perfecte. Però que no siga de manera radical. Potser hi haja obres d'homes que puguen aportar coses molt valuoses a la nostra recerca.

Després, en la docència, crec que els calaixos han de deixar d'existir. Veig perjudicial el fet d'aïllar un "continuum" com el literari. Motius?

1.- Oferim una visió irreal del fet literari, ja que aquest no es concep en el seu origen com a dividit, però com a integrat en el seu entorn.

2.- Oferim una visió artificial, creada pels investigadors per a facilitar-nos la delimitació dels estudis. Això pot resultar inadequat per als estudiants, que veuen obres inconnexes i separades del seu entorn. Si algú vol estudiar amb profunditat literatura feminista, ja té Teoria de la Literatura per a apropar-se a la metodologia teòrica (a més de la possibilitat de fer, posteriorment, una recerca en aquest camp).

:)

P.S.: Ana, la ela geminada s'escriu amb "majúscules + 3" :)

Unknown ha dit...

Quisiera decir unas cosas igual aburridas y carecientes de interés pero bueno que me lea quien quiera aventurarse a hacerlo… Lo primero, Enrique, como siempre es un extenso placer el leerte, y no lo digo por ser tu estimada amiga del alma, no, esto va con sinceridad porque bien sabes que a pesar de mi marcado aprecio por tu persona no pierdo por lo mismo mi espíritu crítico. Comparto algunos de tus pensamientos pero estoy en discordia sin embargo con otros. Como decía Ana, citando el caso de George Sand, se trata de recuperar unos textos que han sido deliberadamente omitidos. No estoy a favor del “todo vale”, creo que como profesionales del ámbito literario nos debemos a la exigencia y ante todo con nosotros mismos, por supuesto que hay que buscar siempre la calidad literaria en un texto, pero ahí también podríamos desembocar en un debate sobre la objetividad de los criterios que determinan la calidad literaria de un texto, Hernani de Victor Hugo fue un fracaso en su época sin embargo hoy en día es considerada como el manifiesto por excelencia del Romanticismo. Cierto es que igual hablar de literatura de mujer es un error, quizás sería mejor hablar de enfoque femenino o perspectiva de mujer ya que lo femenino también pone problema en base a la definición de lo femenino. No se trata de dar un enfoque feminista a todos los textos escritos por mujer como he leído por ahí, no, en absoluto y quien lo haga estará entonces errando en su análisis haciendo muestra de poco rigor en su trabajo, obviamente algunos están hechos con intencionalidad y otros no respecto al enfoque feminista.
Lo que puede ser interesante por otra parte es ver, como tú bien lo has dicho, la mirada que aporta la mujer sobre determinadas cosas: movimiento literario, acontecimientos históricos, condición de la mujer en una época determinada, cuerpo, sexualidad, etc., en efecto todos ponemos una mirada distinta sobre diferentes hechos, hombres y mujeres así como de forma individual. No obstante, la literatura está hecha a la imagen de la historia, del mundo en definitiva de nosotros. Somos la humanidad como género genérico pero luego nos dividimos en subgrupos ya sea por la religión, sexo, color de piel, clase social etc., bajo una misma identidad existen una infinidad de identidades que en muchos casos entran en conflicto, y como bien supondrás remito al famoso libro “Identités meurtrières” de Amin Maalouf donde el mismo autor explica muy bien a lo que hago mención anteriormente.
Para ir acabando, que en vez de un comentario parece una entrada, unos últimos apuntes. Ana, Amandine Aurore Lucile Dupin alias George Sand, no utiliza el nombre propio “George” porque sea inglés, sino que en realidad está jugando con la fonética del mismo nombre, es decir en francés “George” es un nombre propio dicho mixto ya que se emplea para ambos sexos, ahora bien se utiliza la consonante “s” para diferenciar el masculino del femenino. Por lo que “George” escrito sin “s” se refiere a la designación femenina del nombre propio, y escrito con “s” “Georges” refiere a la designación masculina. Así que podemos decir que George Sand mintió a mitad, ya que empleo un nombre femenino a sonoridad masculina, de hecho fue la ausencia de esa “s” quien la delató. David, no estoy de acuerdo con lo último que has dicho, no es cierto que después de la segunda guerra mundial la mujer gozase de una plena igualdad de condiciones con los hombres ni tampoco es cierto hoy en día, recordemos que estar casada con hijos por ejemplo supone una barrera de cara al empresario a la hora de encontrar trabajo, los sueldos, a la calificación igual, siguen sin estar equiparados, sin contar con el hecho que los cargos de alta responsabilidad siguen siendo ocupados en mayoría, aún en la actualidad, por varones.
Queda mucho camino por recorrer, ahora bien, recorrámoslo juntos, hombres y mujeres sin ningún tipo de distinciones.
Sin más, una de tus lectoras fieles…. ;-)

Anònim ha dit...

Elisabeth, está claro que cada texto aporta una visión diferente sobre el contexto en el que se encuadra. Cada autor tiene unas identidades (asesinas o no) que se entremezclan en sus obras. Se sobreponen las unas a las otras y están en lucha constante.

A lo largo de la historia literaria nos encontramos con aproximaciones muy diversas sobre un mismo hecho o contexto. Y todas, sin exclusiones de ningún tipo, nos ayudan a comprender un momento, un pensamiento. La labor del estudioso de literatura es poner todo el material disponible a hablar y debatir.

El estudio de textos escritos por mujeres no son importantes porque sean escritos por mujeres. Igual que los textos escritos por hombres no son importantes por ser escritos por hombres. Hay muchos textos juzgados históricamente como "no interesantes", cuyos escritores son de ambos sexos. Tenemos que recuperar aquellos que consideremos literariamente como interesantes.

La literatura, como digo es Literatura. Los subgrupos nos ayudarán después a su trabajo y clasificación, sin perder de vista que trabajamos con Literatura.

Y es ahí donde tenemos que andarnos con ojos, porque podemos resbalar. Tenemos que ser conscientes de qué consideramos literatura y acutar de manera lógica. Independientemente del área de investigación (tú, literatura escrita por mujeres; yo, literatura identitaria-nacional), hay textos que seguiremos dejando en el olvido por no ser literarios. Serán testimonios sociológicos, históricos o lo que queramos, pero no literarios. Es ahí donde no podemos forzar ni manipular nuestro estudio para encajarlo todo, pues como dices, nos equivocaremos.

La literatura se compone de diferentes textos que ofrecen diferentes visiones de las cosas. La crítica literaria también. Todas las aproximaciones y todas las ideas teóricas se agradecen, porque en la diversidad de opiniones es donde está la realidad de nuestros estudios.

:)